
¿Quiere envejecer más lento? ¿Quiere entrenar su cerebro para ser más inteligente? Olvídese de cremas milagrosas o fármacos de última generación. Para matar estos dos pájaros de un tiro, debe alcanzar la maestría en una segunda lengua y convertirse en uno de los tantos seres humanos que viven de manera bilingüe.
¿No me cree? Pregúntele a la Doctora Ellen Bialystok, quien lleva más de 40 años estudiando cómo la adquisición de una segunda lengua beneficia al cerebro, retrasando los síntomas del Alzheimer y mejorando la capacidad para desarrollar tareas múltiples.